17 diciembre 2007
26 noviembre 2007
Un tiempo por perder
Apresurada se levanta la mañana
dirigidas son las miradas
las intenciones mal entendidas
y los sueños, escapan veloces, muy veloces…
Y ya tan solo se escucha;
¡No hay tiempo que perder!
¡Ni tiempo de mirar!
¡No hay vida que perder!
¡Sigue, sigue, sigue, ...!
Y entonces, en medio del estruendo, aparece la fuerza,
en ocasiones la brisa, a veces el golpe, otras el reflejo,
el instinto.., y se conmueve el alma, se revoluciona el cuerpo.
Mis pasos escapan del sendero asfaltado, se alza mi mirada,
más allá del horizonte señalado.
Y allí, allí aparece, y me mece suave, muy suave,
entre las nubes blancas y el intenso azul,
entre los rojos labios y el destello negro del mirar.
entre la inocencia de pies descalzos y la crueldad enloquecida,
entre el frío de las gélidas manos, entre el grito de la desesperanza
y el cobijo de la humanidad.
Y ahora, así sé, que las mañanas son perezosas y gloriosas.
Y sé, que las intenciones son indiscriminadas voluntades.
Y ahora sé, que los sueños, son escurridizos vientos dulces.
Y sé, que mi pena se merece un tiempo, un tiempo por perder.
(cc) Mario Tikvah
24 octubre 2007
01 octubre 2007
El eco del silencio
No hay silencio más rotundo
que el que dejan las cosas que se vacían,
los lugares que se vacían,
los corazones que se vacían.
Estos, todos, llenos de vida, llenos de batallas,
rebosantes de amor, de anhelos,
colmados de felicidad y de tristezas.
Y así, retornó el hogar del vacío,
con su inquilino el silencio
y su guardián el eco.
Si te atreves a gritar, el grito te grita,
la palabra te habla, el llanto te llora,
y el recuerdo...?
el recuerdo te llena.
el recuerdo te salva.
(cc) Mario Tikvah
que el que dejan las cosas que se vacían,
los lugares que se vacían,
los corazones que se vacían.
Estos, todos, llenos de vida, llenos de batallas,
rebosantes de amor, de anhelos,
colmados de felicidad y de tristezas.
Y así, retornó el hogar del vacío,
con su inquilino el silencio
y su guardián el eco.
Si te atreves a gritar, el grito te grita,
la palabra te habla, el llanto te llora,
y el recuerdo...?
el recuerdo te llena.
el recuerdo te salva.
(cc) Mario Tikvah
Ruinas Incas Cuenca-Ecuador (cc) Mario Tikvah
06 septiembre 2007
Una manera más manejable
Hay demasiadas ideas y cosas y gentes
demasiadas direcciones que tomar.
Empecé a pensar, que la razón por la que era tan importante apasionarse por algo,
era que de esa forma se esculpe el mundo de una manera más manejable.
Susan Orlean
(El Ladrón de Orquídeas)
(cc) Mario Tikvah Pasión amarilla Pierdralavés (Ávila)
demasiadas direcciones que tomar.
Empecé a pensar, que la razón por la que era tan importante apasionarse por algo,
era que de esa forma se esculpe el mundo de una manera más manejable.
Susan Orlean
(El Ladrón de Orquídeas)
(cc) Mario Tikvah Pasión amarilla Pierdralavés (Ávila)
24 julio 2007
El otoño de los sueños
Sonó el aleteo del adiós
llegó el otoño de los sueños,
y cayeron a la sombra
de la soledad de las ramas,
Y se secaron las ilusiones
con la única esperanza
de ser alimento y sal,
para la nueva tierra
que parece que llega.
(cc) Mario Tikvah
llegó el otoño de los sueños,
y cayeron a la sombra
de la soledad de las ramas,
Y se secaron las ilusiones
con la única esperanza
de ser alimento y sal,
para la nueva tierra
que parece que llega.
(cc) Mario Tikvah
07 junio 2007
Llegará la armonía
Llegará el día de la armonía,
y veremos nuestros rostros sin disfraces de miedo,
y los suspiros de la voz se fundirán con las melodías,
marcando el camino,
escondido ya por la frondosidad de la inquietud.
Y recorreremos los mundos de nuestros cuerpos,
guardianes de luminosos y oscuros paisajes,
allí donde las sílabas no llegan,
donde la consciencia enloquece,
allí donde solo el sonido de la soledad
navega por los solitarios horizontes.
(cc) Mario Tikvah
Alfredo Bermeo-Bizkaia-Euskadi © Mario Tikvah
y veremos nuestros rostros sin disfraces de miedo,
y los suspiros de la voz se fundirán con las melodías,
marcando el camino,
escondido ya por la frondosidad de la inquietud.
Y recorreremos los mundos de nuestros cuerpos,
guardianes de luminosos y oscuros paisajes,
allí donde las sílabas no llegan,
donde la consciencia enloquece,
allí donde solo el sonido de la soledad
navega por los solitarios horizontes.
(cc) Mario Tikvah
Alfredo Bermeo-Bizkaia-Euskadi © Mario Tikvah
05 junio 2007
Humo Turbio
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Quién dijo que todo está perdido
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Tanta sangre que se llevo el río
Yo vengo a ofrecer mi corazón
No será tan fácil ya sé qué pasa
No será tan útil como pensaba
Como abrir el pecho, y sacar el alma
Una cuchillada de amor
Luna de los pobres siempre abierta
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Como un documento inalterable
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Y uniré las puntas de un mismo lazo
Y me iré tranquilo, me iré despacio
Y te daré todo, y me darás algo
Algo que me alivie un poco más
Cuando no haya nadie cerca o lejos
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Cuando los satélites no alcancen
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Y hablo de países y de esperanzas
Y hablo por la vida, hablo por la nada
Y hablo de cambiar esta nuestra casa
De cambiarla por cambiar nomás
Quién dijo que todo está perdido
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Fito Páez
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Tanta sangre que se llevo el río
Yo vengo a ofrecer mi corazón
No será tan fácil ya sé qué pasa
No será tan útil como pensaba
Como abrir el pecho, y sacar el alma
Una cuchillada de amor
Luna de los pobres siempre abierta
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Como un documento inalterable
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Y uniré las puntas de un mismo lazo
Y me iré tranquilo, me iré despacio
Y te daré todo, y me darás algo
Algo que me alivie un poco más
Cuando no haya nadie cerca o lejos
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Cuando los satélites no alcancen
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Y hablo de países y de esperanzas
Y hablo por la vida, hablo por la nada
Y hablo de cambiar esta nuestra casa
De cambiarla por cambiar nomás
Quién dijo que todo está perdido
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Fito Páez
24 mayo 2007
Whitman
17 mayo 2007
Sonrisas Secretas
Como pluma,
despedida ya del mundo alado, abandonada y solitaria
en el delicado naufragio del viento.
Caigo en el fino vaivén,
ingrávido flotar,
caída armoniosa hacia el desconocido corazón de su cuerpo.
En busca del gemido de sus sonrisas secretas, escondidas
en los rincones más frágiles de su alma.
Allí donde la sagrada alegría
sólo sabe buscar.
(cc) Mario Tikvah
Hojarasca Guadalix-Madrid © Mario Tikvah
despedida ya del mundo alado, abandonada y solitaria
en el delicado naufragio del viento.
Caigo en el fino vaivén,
ingrávido flotar,
caída armoniosa hacia el desconocido corazón de su cuerpo.
En busca del gemido de sus sonrisas secretas, escondidas
en los rincones más frágiles de su alma.
Allí donde la sagrada alegría
sólo sabe buscar.
(cc) Mario Tikvah
Hojarasca Guadalix-Madrid © Mario Tikvah
Fragilidad
Fragilidad
quebraste las razones
Fragilidad
aplastaste los discursos
Fragilidad
derrumbaste las seguridades
Fragilidad
negastes explicar
Fragilidad
negastes avisar
Fragilidad
negastes revelar tu sentido
Yo te olvide
Yo nunca te reconocí
¿Qué quisiste decirme?
(cc) Mario Tikvah
Marchitando Guadalix-Madrid © Mario Tikvah
quebraste las razones
Fragilidad
aplastaste los discursos
Fragilidad
derrumbaste las seguridades
Fragilidad
negastes explicar
Fragilidad
negastes avisar
Fragilidad
negastes revelar tu sentido
Yo te olvide
Yo nunca te reconocí
¿Qué quisiste decirme?
(cc) Mario Tikvah
Marchitando Guadalix-Madrid © Mario Tikvah
11 mayo 2007
Blake
"Quien a sí encadenare una alegría
malogrará la vida alada.
Pero quien la alegría besare en su aleteo
vive en el alba de la eternidad."
William Blake
malogrará la vida alada.
Pero quien la alegría besare en su aleteo
vive en el alba de la eternidad."
William Blake
Baudelaire
"... Una perla duerme oculta
en las tinieblas y el olvido, ...
Una flor, con pesar exhala
como un secreto un grato aroma
en las profundas soledades."
Charles Baudelaire
en las tinieblas y el olvido, ...
Una flor, con pesar exhala
como un secreto un grato aroma
en las profundas soledades."
Charles Baudelaire
03 marzo 2007
La Colina más alta
Buscaba la colina más alta de la ciudad,
que me dejara ver la única verdad que nos ata,
el nacimiento y la muerte de los días,
como si aún no me fiara de la rutina más agria,
dulce y misteriosa que nos toca vivir,
como si tuviera que afirmarlo y medirlo... estos bloques
de hormigón me robaron la confianza y la esperanza de saber que somos,
y de saber que nos mueve, que nos levanta, que nos aferra a la tierra...
y algo tienen las albas y los ocasos, algo tienen,
que todos sabemos leer pero no comprender,
algo tienen, y algo nos dicen, como si enceraran todos
esos enigmas, esos, que nos hacen buscar las colinas más altas de la ciudad.
(cc) Mario Tikvah
Crepúsculo en Ventilla © Mario Tikvah
que me dejara ver la única verdad que nos ata,
el nacimiento y la muerte de los días,
como si aún no me fiara de la rutina más agria,
dulce y misteriosa que nos toca vivir,
como si tuviera que afirmarlo y medirlo... estos bloques
de hormigón me robaron la confianza y la esperanza de saber que somos,
y de saber que nos mueve, que nos levanta, que nos aferra a la tierra...
y algo tienen las albas y los ocasos, algo tienen,
que todos sabemos leer pero no comprender,
algo tienen, y algo nos dicen, como si enceraran todos
esos enigmas, esos, que nos hacen buscar las colinas más altas de la ciudad.
(cc) Mario Tikvah
Crepúsculo en Ventilla © Mario Tikvah
02 marzo 2007
Melodías Eternas
Melodía 1
"La espersura me encontró y se enamoró de mi desierto desolado."
Melodía 2
"Es el perfume de tu negrura, lo que extraño, en mis luminosos paisajes."
(cc) Mario Tikvah
"La espersura me encontró y se enamoró de mi desierto desolado."
Melodía 2
"Es el perfume de tu negrura, lo que extraño, en mis luminosos paisajes."
(cc) Mario Tikvah
07 febrero 2007
05 febrero 2007
Desnudos
Quitémonos los disfraces
y amanezcamos desnudos
sobre las piedras, así, como
nos vio nacer el amanecer
del universo.
© Mario Tikvah
10 enero 2007
El suicidio de la poesía
Veo como se suicida la poesía,
por el miedo de no ser entendida, de no ser reconocida,
de no ser sentida, en un mundo de muertos sentidos.
Y la palabra cada vez más vacía, reclama sentido,
reclama rebeldía, reclama atención, reclama pasión,…
Los sentimientos van a la guerra del pensamiento,
Para establecer la paz, para dar calidez, y para recordar
que somos humanidad.
Y la poesía piensa en la poética caída hacia la muerte,
hacia el bello estruendo del final, y quizás del nuevo
comienzo, de la nueva dimensión.
© Mario Tikvah
por el miedo de no ser entendida, de no ser reconocida,
de no ser sentida, en un mundo de muertos sentidos.
Y la palabra cada vez más vacía, reclama sentido,
reclama rebeldía, reclama atención, reclama pasión,…
Los sentimientos van a la guerra del pensamiento,
Para establecer la paz, para dar calidez, y para recordar
que somos humanidad.
Y la poesía piensa en la poética caída hacia la muerte,
hacia el bello estruendo del final, y quizás del nuevo
comienzo, de la nueva dimensión.
© Mario Tikvah
La infancia del alma
Por la seca y húmeda pradera del universo caminaba el alma del ser humano, solo, sin sentido, sin destino, sin condición… Llegando la noche y el alma se acostó y soñó con su sombra que le seguía su camino y vio que en ella apareció el amor con sus dos compañeras de viaje, la inocencia y la introvertida ternura. Y así una detuvo el tiempo y la otra se hizo juego y albergó en lo más pequeño, en lo más débil, en lo más absoluto e ilimitado del ser humano, la infancia. Ella, llena siempre de dulces sensaciones, de inimaginables posibilidades; tacábamos la arena de la tierra, y también tocábamos el cielo y sus nubes, los colores eran universos, los adoquines de la acera pequeñas islas, llenas de grandes aventuras, el sol sabía a caramelo, y el viento nos hacia volar, nos despegaba del suelo, conocimos otros mundos, mientras el mundo se miraba solo a su ombligo, con los ojos de lo que algún día seríamos. Con nuestros pinceles de colores nos salimos de los limites, y conseguimos nuevas formas, las matemáticas no eran tan exactas, y el lenguaje no era tan ordenado, el juego guío nuestras intenciones, nuestras sensaciones, un dios juguetón que nos llevaba a la dulzura, al sueño eterno del ser humano, sencillo, tierno e inocente ser humano.
Y hoy, con los ojos de lo que teníamos que ser, nos persigue una herencia realidad nacida del pesimismo, con las entrañas devastadas por el miedo. Nuestra encogida alma se pregunta donde quedó ese sol de azúcar, las misteriosas islas en las aceras, esos colores, esos mundos, ese dios que no paraba de jugar. Pero nos dimos cuenta, lo intuimos, allí estaba, detrás de los ladrillos de este muro de miedo y entrañas devastadas, allí estaba esperando nuestro salto, esperando nuestro abrazo, esperando para la siguiente partida del maravilloso y misterioso juego de la vida.
Y hoy, con los ojos de lo que teníamos que ser, nos persigue una herencia realidad nacida del pesimismo, con las entrañas devastadas por el miedo. Nuestra encogida alma se pregunta donde quedó ese sol de azúcar, las misteriosas islas en las aceras, esos colores, esos mundos, ese dios que no paraba de jugar. Pero nos dimos cuenta, lo intuimos, allí estaba, detrás de los ladrillos de este muro de miedo y entrañas devastadas, allí estaba esperando nuestro salto, esperando nuestro abrazo, esperando para la siguiente partida del maravilloso y misterioso juego de la vida.
© Mario Tikvah
03 enero 2007
Lágrima Seca
Busqué la belleza por los afectos,
Me desgasté, perdí la mirada,
Me ilusioné con la mínima
Posibilidad de conseguirlo.
Pero no me di cuenta,
Porque ya la poseía,
Ya estaba conmigo,
Y así ella fue como me regalo
Una simple y perpetua lágrima seca,
Que no para de regar
Mi sincera y a veces sedienta sonrisa.
© Mario Tikvah
Agua sobre tierra seca. Mario Tikvah (Pintura-Óleo)
© Mario Tikvah
Me desgasté, perdí la mirada,
Me ilusioné con la mínima
Posibilidad de conseguirlo.
Pero no me di cuenta,
Porque ya la poseía,
Ya estaba conmigo,
Y así ella fue como me regalo
Una simple y perpetua lágrima seca,
Que no para de regar
Mi sincera y a veces sedienta sonrisa.
© Mario Tikvah
Agua sobre tierra seca. Mario Tikvah (Pintura-Óleo)
© Mario Tikvah
Ser Hecho
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